INGREDIENTES
- 75 Gr. de galletas
- 30 Gr. de mantequilla
- 350 Gr. de nata
- 350 Gr. de queso tipo Philadelphia
- 40 Gr. de azucar
- 5 Gr. de gelatina neutra
- Mermelada de fresa
MODO DE PREPARACIÓN
Primero comenzamos haciendo la base de la tarta. La vamos ha hacer con la base de galletas. Desmenuzamos las galletas hasta dejarlo casi fino. Por otro lado derretimos la mantequilla y se la añadimos a las galletas. Removemos para que se mezcle todo bien y por último lo ponemos en un bol de cristal, cubriendo todo el fondo. Preferiblemente que quede entre 1-2 centímetros de grosor. Mientras mayor grosor más consistencia tendrá. El bol lo metemos en el frigorífico para que se enfríe y coja consistencia durante 15-20 minutos.
Por otro lado comenzamos ha preparar la tarta en sí. Para ello en una cazuela añadimos el azúcar, la nata y el queso. A fuego medio alto dejamos que hierva, removiendo de vez en cuando. Una vez que ha empezado ha hervir, le añadimos la gelatina, removemos durante un minutos más y sacámos del fuego.
Ya solo queda montar la tarta y eso lo conseguimos de una manera muy sencilla. Sacamos el bol de la galleta del frigorífico y por encima de la galleta echamos el preparado de queso. Hay que recordar que si quieres que te quede más suave, el preparado de queso lo debes colar en un colador para quitar algún grumo que pueda quedar. Cuando echemos todo encima de la galleta directamente una vez que esté frío se mete en la nevera unas cuatro horas. Cuando se vaya ha sacar para servir, cinco minutos antes una vez que haya quedado bien compacto, se le añade la mermelada de fresa (si se prefiere de otro sabor también vale) y está listo para tomar.
Esta receta es muy simple y se prepara sin ingredientes complicados ni difíciles de encontrar. Es genial para que los más peques de la casa contribuyan en la elaboración de este postre.
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